
Nicolás Potdevin, director del área de Aduanas, fue consultado por la Revista Dinero sobre regulación aduanera y de zonas francas
Noticia publicada por la Revista Dinero en su sección de “Negocios”.
“Si hay algo exasperante para un empresario es la falta de claridad en las reglas de juego. Eso es lo que está sucediendo en el frente de comercio exterior: los empresarios esperan que el Gobierno despeje las dudas sobre las regulaciones aduaneras y de zonas francas, que generan incertidumbre jurídica al sector.
La expectativa es que entren en vigencia varios artículos como respuesta a la confusión causada por la tendencia de incluir la aplicación o vigencia escalonada en los decretos 390 y 2147 de 2016. “Esta es, a nuestro juicio, la mayor fuente de incertidumbre jurídica, no solo para el sector empresarial, sino para los funcionarios de la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales (Dian)”, afirma el presidente ejecutivo de la Federación Colombiana de Agentes Logísticos en Comercio Internacional, Fitac, Miguel Ángel Espinosa.
¿Por qué resulta vital que haya claridad en estas reglas de juego para el frente logístico? Porque la operación logística se desarrolla sobre una base de regulación en las aduanas. “Será imperioso el concurso del sector privado en la redacción y revisión de las resoluciones reglamentarias, en las cuales se basa el éxito o fracaso de la normatividad y, por supuesto, del monitoreo al avance en materia de sistemas informáticos, cuyos cronogramas de ejecución se incumplieron en su totalidad. Este año se debe apostar por la implementación de las recomendaciones emanadas de la Misión de Logística y de Comercio Exterior, liderada por el Departamento Nacional de Planeación, a fin de lograr su incorporación en el próximo documento Conpes”, afirma el directivo.
La decisión del Gobierno de postergar el frente informático hasta el 30 de noviembre de 2019 termina siendo un problema para los empresarios, porque hay normas que, si bien traen beneficios aduaneros, estos no se pueden usar porque no han entrado en vigencia. Si bien el Gobierno expidió hace unas semanas el decreto 349 de 2018, que otra vez modifica la regulación aduanera, deja sin resolver los problemas de vigencia e interpretación normativa.
En su momento, el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas, explicó que el nuevo decreto nace para castigar a los infractores de delitos y quienes cometan fraudes aduaneros, así como evitar que errores subsanables terminen en sanciones o largos trámites.
Sin embargo, a pesar de la intención del Gobierno en no darle tregua a la delincuencia, la normatividad aduanera tiene grandes dificultades en su vigencia e interpretación.
“Hay normas que traen beneficios aduaneros, pero los empresarios no los pueden usar porque no han entrado en vigencia. Por ejemplo, hay una figura que se llama declarante u operador de confianza, pero requiere de la implementación y se posterga hasta noviembre de 2019”, afirma Nicolás Potdevin, asociado senior del bufete Gómez Pinzón.
Pero quizá lo más complejo del asunto es manejar dos estatutos de manera paralela y genera grandes confusiones.
Barreras del negocio
Si bien el frente aduanero es hoy un dolor de cabeza para los empresarios, la infraestructura y gestión empresarial se constituyen en los otros lunares del sector.
Según la Encuesta Nacional Logística de 2015, 32,3% de los prestadores de servicios logísticos afirma que la principal barrera para su negocio está en la falta de zonas adecuadas para carga y descarga. 22% considera insuficientes las infraestructuras viales (además de la congestión), así como la falta de talento humano en temas logísticos (16,9%).
En otros frentes, los empresarios rechazan la insuficiencia de zonas logísticas y el alto precio de las bodegas, falta de entendimiento de la normatividad (a propósito del limbo jurídico en la vigencia de la regulación aduanera), la ocupación de la vía pública por vehículos estacionados y las condiciones de la seguridad vial.
En el caso de los usuarios de servicios logísticos, el principal obstáculo corresponde a los altos costos de transporte, insuficientes carreteras, puertos y aeropuertos, falta de sistemas de información logística, complejidad en trámites aduaneros, falta de talento humano y escasez en la oferta de servicios.
Según Fitac, una nueva Encuesta Nacional de Logística, a realizarse también en 2018, se encargará de actualizar las métricas y la percepción del sector empresarial en materia de costos, tiempos y obstáculos que impactan el adecuado flujo de mercancías e información para el comercio. De esta manera, los actores implicados en el comercio exterior confían en que el Gobierno cumpla con sus asignaturas pendientes y aproveche de la mejor forma estos escasos pero importantes meses del año para finalizar procesos y sentar bases para que sus sucesores en la Casa de Nariño continúen ejecutando y cerrando los proyectos que aportan valor al país.
¿Y del intermodalismo qué?
Sin lugar a duda uno de los retos del sector está en la ausencia de intermodalidad en el país. A pesar de la baja capacidad de arrastre y mayor costo, el modo carretero moviliza 73% de la carga, según la Misión de Logística y de Comercio Exterior. En Colombia solo 1,5% de la carga se transporta de manera multimodal; en Estados Unidos es 7,7% y 60% en Europa.
Los ajustes
Si bien los especialistas destacan que el 349 de 2018 era un decreto necesario porque el anterior, el 390 de 2016, tenía vacíos en frentes como el procedimiento aduanero, resulta traída de los cabellos la propuesta de la vigencia escalonada porque abundan las interpretaciones innecesarias.”
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