Bogotá D.C., 11 de septiembre de 2024.

Escrito por: María Alejandra Tejedor CáceresEstudiante Semillero. Miembro del Comité de Diversidad, Equidad e Inclusión

La inteligencia artificial (IA) está transformando todos los aspectos de nuestra vida cotidiana, desde cómo interactuamos con la tecnología hasta cómo se toman decisiones cruciales en diversos ámbitos; sin embargo, es fundamental revisar cómo esta tecnología impacta a las identidades de género pues en muchas ocasiones puede reforzar las desigualdades existentes, dados los sesgos de los usuarios de la IA y sus programadores.  

Por ejemplo, en el reconocimiento facial, se ha encontrado que los sistemas tienen una menor precisión al identificar a mujeres, especialmente mujeres negras, en comparación con los hombres. Esto se debe a que los datos utilizados para entrenar estos sistemas a menudo no representan adecuadamente a todos los grupos demográficos. Este sesgo puede llevar a decisiones injustas en áreas como la contratación, la justicia penal y la atención médica, perpetuando desigualdades existentes. 

A su vez, la automatización impulsada por la IA también está cambiando el panorama laboral de manera que podría tener un impacto desigual en hombres y mujeres, puesto que los trabajos que tradicionalmente han sido ocupados por mujeres, como los administrativos y de atención al cliente son más susceptibles a la automatización. 

Lo descrito podría aumentar la desigualdad económica que existe entre hombres y mujeres. Por ello, es fundamental promover la educación tecnológica para aumentar la representación en el desarrollo de la IA.  

A pesar de estos desafíos, existen oportunidades significativas para abordar las cuestiones de género en la IA y fomentar un futuro más equitativo. Un paso crucial es asegurar que el diseño de la IA sea inclusivo. Esto implica diversificar los equipos de desarrollo para incluir a más mujeres y personas de diversos orígenes y adoptar prácticas rigurosas para identificar y mitigar sesgos en los datos y en los algoritmos. Una IA bien diseñada puede servir como una herramienta poderosa para corregir desigualdades en lugar de perpetuarlas. 

En conclusión, la inteligencia artificial tiene el potencial de transformar nuestra sociedad de manera positiva, pero solo si abordamos cuidadosamente los desafíos de género asociados con su desarrollo y uso. Al enfrentar el sesgo en los datos, la brecha de representación y el impacto en el mercado laboral, podemos trabajar hacia una IA que no solo impulse el progreso tecnológico, sino que también promueva la igualdad de oportunidades y resultados para todas las personas. La clave está en la inclusión y en el diseño consciente, lo que permitirá que la IA sea un aliado en la búsqueda de un futuro más equitativo. 

Referencias 

Castaño, C. (2016). La brecha de género en la 4a Revolución industrial. Gaceta Sindical: Reflexión y Debate, 97–106.  

Giletta, M., Giordano, A., Mercaú, N., Orden, P., & Villareal, V. (2020). Vista de Inteligencia Artificial: definiciones en disputa. Sociales Investiga. Escritos Académicos, de Extensión y Docencia, (9), 20–34. Obtenido en: https://socialesinvestiga.unvm.edu.ar/ojs/index.php/socialesinvestiga/article/view/320/287 

Rizo, C. (s.f.). Inteligencia artificial: una perspectiva de género. Obtenido de la Universidad Externado de Colombia: https://zero.uexternado.edu.co/inteligencia-artificial-una-perspectiva-de-genero/