Bogotá D.C., 24 de marzo de 2023.

Al momento de valorar una compañía surgen múltiples interrogantes, tanto desde el punto de vista financiero como corporativo, entre los más importante, es determinar cuál es el método de valoración que debe usarse. Este interrogante no es sencillo de resolver debido a que no hay un método único y correcto para la valoración, siempre dependerá de cada caso en particular, las condiciones de mercado y los elementos propios de la operación.

Entre los diferentes mecanismos utilizados para establecer el valor de una acción en una sociedad comercial se han reconocido, entre otros, el método de valor en libros o valor intrínseco, flujo de caja descontado, el valor patrimonial, el valor de mercado, valor presente del flujo futuro de utilidades, valor presente del fujo de caja libre. [1] Siendo destacado el flujo de caja descontado por tener en cuenta factores de mercado que permiten establecer con más certeza la proyección de una compañía en el futuro como un negocio en marcha.

Ahora bien, dependiendo de las circunstancias, el método de valor intrínseco aparece como una alternativa idónea para aplicar al momento de la valoración. Sin embargo, cuenta a su vez con múltiples críticas y desventajas, que lo ubican como una vía que debe ser utilizada solo en casos muy específicos.

El valor intrínseco es la resultante de dividir el total del patrimonio entre el número de acciones o cuotas que integran el capital, excluidas las readquiridas[2]. Haciendo énfasis en que, para este cálculo, el patrimonio que se toma como referencia es el que figura en los estados financieros.[3]

Este método ha sido reconocido por la Superintendencia de Sociedades resaltando como ventajas su cálculo fácil, rápido y económico, así como una de las alternativas más usadas para compañías cerradas.[4] La Superintendencia ha señalado algunos eventos no taxativos en los que se recomienda esta valoración, por ejemplo, cuando la sociedad no seguirá con la ejecución de su objeto social, fusiones donde todas las sociedades tengan un mismo beneficiario real, y escisiones donde los accionistas tendrán igual participación en las beneficiarias. [5]

Este método de valoración también cuenta con múltiples desventajas. La Superintendencia de Sociedades ha afirmado que, no obstante ser uno de los métodos a los que más recurren las empresas, es el más impreciso y antitécnico, e incluso su resultado puede alejarse mucho del valor real de la sociedad[6], este método no refleja la capacidad potencial de generación de utilidades de las empresas y, en general, no tiene en cuenta múltiples factores de mercado que influyen en la compañía.[7]

Será de evaluar en cada caso las características propias de la operación y las compañías o partes intervinientes, para determinar el método más adecuado y de reconocido valor técnico. Esto es especialmente relevante para aplicar el método de valoración en libros pues, como se mencionó, lo que no permite asumirlo como una vía de valoración que pueda aplicarse como regla general.

Por: Juan Pablo Calle, Asociado Junior del grupo de Corporativo. Fusiones & Adquisiciones.

 

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[1]Superintendencia de Sociedades Oficio No. 220-135199 del 3 de septiembre de 2018.

[2] Definición reiterada en Concepto 220-001503 de enero 17 de 2005 de la citada Superintendencia

[3] Ibidem.

[4] Superintendencia de Sociedades Sentencia Restaurante Típico Antioqueño Las Acacias S.A. v. Constanza Mireya Basto Tryana y otros 8 de marzo de 2019; Superintendencia de Sociedades Sentencia Eduardo Alejandro Orjuela Rodríguez v. KPMG Ltda 10 de julio de 2015.

[5] Superintendencia de Sociedades Oficio 220-223040 del 14 de noviembre de 2020.

[6] Superintendencia de Sociedades Oficio No. 220-205910 del 7 de diciembre de 2018.

[7] Superintendencia de Sociedades Oficio No. 220-223040 del 14 de noviembre de 2020 de la misma entidad.