Ayer, 1 de junio de 2022, el Senado concluyó el segundo debate sobre el proyecto de ley 213 de 2021 del Senado y el 010 de 2020 de la Cámara, que tienen por objeto tomar “medidas tendientes a la reducción gradual de la producción y consumo de ciertos productos plásticos de un solo uso”. El proyecto fue aprobado por unanimidad y lo único que resta para que sea sancionado por el presidente de la República es que pase por la Comisión de conciliación en la Cámara de Representantes.

De ser promulgado, quedarían prohibidas, de manera general, las bolsas, empaques, guantes, envases para consumo inmediato, empaques o láminas para contener y/o servir alimentos de consumo inmediato, mezcladores y pitillos, soportes para bombas de inflar, recipientes para comercializar frutas, verduras y tubérculos, stickers para frutas, entre otros. De lo anterior, quedarían exentos los plásticos para fines médicos o de salud y la contención de químicos o alimentos de origen animal.

Los criterios para definir la prohibición fueron la dificultad para la disposición final del plástico, su uso innecesario o el alto costo ambiental, según la Senadora ponente Maritza Martínez.

En materia de vigencia, el proyecto establece numerosos plazos, diferenciando entre las distintas industrias o incluso el tipo de plástico. De manera general, el Proyecto establece un período de 2 años desde la entrada en vigor de la ley para que se sustituyan las bolsas plásticas de carga, los pitillos y los soportes plásticos de bombas o hisopos; y un período de 8 años para sustituir envases y empaques que contengan líquidos o alimentos, los utensilios plásticos, confetis, láminas para empacar alimentos, empaques o envases para frutas, verduras o tubérculos y los adhesivos de dichos alimentos.

Hasta la entrada en vigor de la prohibición específica, se permite que quienes comercialicen o distribuyan los referidos plásticos, adopten las medidas necesarias para la sustitución gradual y progresiva de los mismos por las alternativas sostenibles definidas en el Proyecto. Las alternativas bien pueden ser los materiales no plásticos reutilizables o biodegradables, los plásticos biodegradables en condiciones ambientales naturales y los materiales plásticos reciclados.

Adicionalmente, el Proyecto se refiere a numerosos temas como la reducción total de plásticos o polímeros densos para el 2025 y el 2030; políticas para los recicladores; incentivos para la investigación de materiales alternativos, entre otros.

Como se dijo anteriormente, sólo resta que el proyecto sea aprobado por la Comisión de conciliación, así como por el presidente; sin embargo, de aquí a allá podrían modificarse ciertas disposiciones, pero seguramente no lo serán sustancialmente.